La Sal Azul de Persia procede de las montañas de Irán, antiguamente bañada por el mar. Se trata de unos fascinantes cristales de roca azulados formados por la fosilización natural producida por las condiciones del lugar y que se ha formado durante 260 millones de años, con lo cual es una sal muy exclusiva con un alto valor culinario.
Su sabor es muy suave y su textura es gruesa y crujiente y está recomendada para carpaccio de ternera o gambas, para pescados blancos, para salsas, e incluso para decorar los bordes de los cócteles.
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